El recibidor que hemos compuesto nos traslada a la Francia del siglo XVIII. Para empezar hemos elegido una pieza fundamental para este tipo de estancias, una consola, con tres cajones, ideales para guardar las llaves, documentos... y una balda inferior, en la que podremos colocar libros, cajas de mimbre para tener en orden sin que se vean determinados objetos. En el sobre de la mesa hemos colocado una lámpara, ideal para conseguir una luz de ambiente, suficiente para entrar en una casa. Y en la pared, se ha colgado un espejo rectangular, con marco en color marfil y detalles tallados a mano.
¿Creéis que el recibidor es el espejo de nuestra casa? ¿Os gusta el estilo vintage?
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