Por extraño que parezca, la entrada a nuestra casa nos puede brindar un sinfín de posibilidades a la hora de amueblarla. Si tenemos un hall con espacio suficiente podemos crear un mini rincón de trabajo. Simplemente, con una
mesa consola, no demasiado ancha, una silla que pueda recogerse debajo de la mesa, y una
lámpara de sobremesa, habremos creado una
zona de trabajo muy práctica, que cuando no usemos parecerá un simple
recibidor.
Para añadirle un toque coqueto, y ganar
amplitud visual y luminosidad, es una buena idea colgar un
espejo en la pared en la que apoyamos la mesa consola. Gracias a ello, al entrar en la casa el recibidor parecerá más grande y con ello, el resto de la casa.
¿Qué os parece nuestra propuesta?
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