Aunque parece que todos los muebles pueden parecer iguales, y que todas las casas tiene, al fin y al cabo, piezas similares, es muy importante saber elegir bien algunas de ellas porque gracias a ello conseguiremos dar nuestro toque personal a cada estancia de la casa. Un buen ejemplo de ello es decantarse por un
sofá orejero para el salón. Y no por un orejero discreto, sino por uno de
líneas marcadas como el que os sugerimos. Sus excesivas curvaturas lo convierten en una pieza de
corte afrancesado.
Pero no por ello, este modelo deja de ser cómodo. Al contrario, sus
mullidos cojines tanto del respaldo como de los asientos lo convierten en el lugar ideal para descansar en casa. Pertenece a la colección La Rochelle y como tal está fabricado con las
mejores telas y madera de caoba del mercado. Además, su color marfil es perfecto para combinar con otros muebles y textiles de la habitación en cuestión.
¿Os gusta este tipo de sofás?
No hay comentarios:
Publicar un comentario