Comenzaremos por el cabecero, tapizado en capitomé y con marco de madera de caoba pintado en blando. Al no ser demasiado alto destacará, pero no se convertirá en lo más importante de la estancia. A cada lado de la cama, lo ideal es situar unas mesillas pequeñas, porque al tener las patas curvas, si son demasiado grandes recargarán el ambiente en exceso. En una de las paredes del dormitorio, una buena idea es colocar una cómoda con varios cajones, que pese a sus curvaturas su cuidado diseño la convierte en una pieza discreta. Y para finalizar, colgaremos un espejo sobre la cómoda, para dar amplitud visual a la estancia.
Todas las piezas pertenecen a la nueva colección Le Blanc, de Keen Replicas.
¿Te resulta muy rococó el estilo francés?
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