Si lo que necesitamos es un espacio extra de almacenaje donde guardar la vajilla, mantelería, y demás enseres necesarios para servir una mesa, lo ideal es decantarse por un aparador cerrado para que nuestros invitados no vean lo que tenemos en él. Mientras que si lo que queremos es que nuestros comensales vean nuestra fabulosa vajilla, lo mejor es elegir un aparador abierto, pero con cajones en la parte superior para poder guardar cubiertos o servilletas.
¿Qué preferís para vuestro salón?